Pierdo la vida por verte tras las esquinas.
No sabes como envidio a los que pueden verte todos los días, las ganas que me entran de dejarlo todo en un arrebato y plantarme a tu lado.
Y es que no hay nada mejor que mirarte a los ojos estando a tres centímetros de tu boca; decirte que te quiero mientras te abrazo cada vez más fuerte.