sábado, 20 de agosto de 2011

Ya está. Fin

Ya ni recuerdo las veces que he sonreído y callado, aquellas en las que hubiera sido mejor pegar cuatro gritos, todas esas veces que me he encerrado en mi por cualquier desilusión. Pero es hora de que las cosas cambien, de hacer lo que me apetezca en cada momento y de que nadie piense por mi.
Si estoy feliz y me rio sóla, ríete conmigo. Si estoy enfadada y te mando a la mierda, olvídame por un tiempo.
Y si te digo que te quiero, no te separes de mi, porque es cierto.